Un inmenso cráter de 70 metros de diámetro por 30 de profundidad arde desde 1971, en pleno desierto de Karakum en Turkmenistán, cerca de la pequeña aldea de Darvaza. Este pozo o cráter ha sido bautizado como «La Puerta del Infierno», este pequeño infierno en tierra, fue creado por accidente y desde entonces no ha dejado de arder.
En el interior del Cráter de Darvaza, hay un fuego abrasador que arde día y noche desde hace varias décadas. Este pozo está ubicado sobre un enorme desierto que ocupa practicamente el 70% del territorio de Turkmenistán, que es muy rico en petróleo y gas natural.
Cuenta la historia que el origen de este increíble lugar es el resultado de un inesperado accidente en 1971. En ese entonces, un grupo de geólogos soviéticos estaban inspeccionando la zona en búsqueda de petróleo y gas natural, es así que comenzaron a perforar dicha zona pensando que habían encontrado un yacimiento natural de gas.
Es en medio de los trabajos de perforación que el suelo colapsó, y la tierra se abrió en un inmenso pozo que se tragó la maquinaria de trabajo y el campamento de los trabajadores. Se habían topado con una cueva subterránea repleta de gases peligrosos para la salud.
Los geólogos soviéticos, temiendo que esos gases peligrosos escapasen hacia la atmósfera, hicieron lo que suele hacerse cuando el gas brota: prenderle fuego y quemarlo. Pensaron que el fuego no duraría más que una semana, y los gases del pozo se extinguirían.
Sin embargo, subestimaron las dimensiones de esta caverna subterránea y su inflamable contenido, el cráter de 70 m de diámetro y 30 m de profundidad sigue ardiendo sin cesar desde 1971, con temperaturas en su interior que se acercan a los 1000° C.
Desde entonces, varios intentos se han realizado por apagar llamas de la «Puerta del Infierno»; pero estos han sido en vano. Incluso, se ignora por completo cuando dejaría este pozo de arder.
Este impresionante espectáculo ha hecho que muchos curiosos visiten la desolada zona de Turkmenistán hasta convertirlo en un punto de interés turístico y de aventura.
El asombroso Cráter de Darvaza emana un intenso calor que solo permite a los visitantes acercarse hasta los bordes y por algunos minutos, pues el calor se vuelve insoportable. El fuego se acentúa mas por las noches, dándole un aspecto semejante al de un ardiente cráter volcánico.
En 2013, el explorador canadiense George Kourounis se convirtió en la primera persona en descender al interior del cráter de Darvaza. Contó con la ayuda de un sistema especial de poleas, un traje resistente al calor y un equipo de respiración. En el fondo del cráter pudo tomar muestras que permitieron descubrir una bacteria rica en metano presente en el lugar. Además de capturar impresionantes imágenes a unos cien pies del interior del cráter.
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